JOVENES POR LA DEMOCRACIA SOCIAL
Documento Ideológico
Introducción
El debate entre Izquierda y Derecha, en su sentido radical y moderado, ha conducido a la política hacia un juego por el poder y para el poder, generando en los últimos tiempos un rechazo a la identificación con las ideologías. En medio de esta desgastada diatriba y frente a la consolidación de la Democracia Liberal como estado homogéneo universal (Polo, 1991), surge la tesis de Francis Fukuyama que habla del fin de la historia
debido a la muerte de las ideologías, y al triunfo de la "cultura occidental del consumo"
como conclusión del proceso de desencanto por la política.
En esa línea, Venezuela parece transitar también por la "cultura de la anti política" engendrada por el juego del poder económico, la tecnocracia y el pragmatismo como las que parecieran ser las únicas vías de construcción de país. Y, por supuesto, a esas tres variantes se le suma, igualmente, la desconfianza hacia la política. Y es que a lo largo de la última década del siglo XX los venezolanos fuimos víctimas de esta "cultura"; en palabras de Aveledo: "lo político es asociado con astucia, doblez, pugna, trampa, e incluso, corrupción". El resultado: los ideales de nuestra sociedad se terminan encasillando en una jaula para hacer lo que es "más conveniente".
La tesis de Fukuyama explica, entonces, que el camino está construido, que no existen otras vías para alcanzar el progreso y, lo que es peor, nos condena a no tener la capacidad de construir y recorrer un camino distinto que nos conduzca a la felicidad y al bienestar de nuestra sociedad. Sin embargo, los seres humanos conscientes de las necesidades de cambio y de los peligros que asechan a la humanidad y a nuestro planeta, han generado una serie de nuevos planteamientos en torno a la concepción del mundo y al desarrollo de nuestras capacidades en un clima de respeto hacia el pasado, el presente y el futuro. Entonces, el debate se nutre, recobra sentido, desecha viejos paradigmas y se rejuvenece.
Así, el "fin" es, en realidad, el comienzo de un nuevo capítulo en el libro de la historia del hombre marcada por el regreso a la política: es así como surge una generación dispuesta a luchar por ideales y reivindicaciones sociales, que ha rescatado en nuestro país la idea de hacer política, para verla como un instrumento que nos permitirá encontrar soluciones a los problemas de los venezolanos.
Esta ruptura con las viejas prácticas, marca una nueva era en nuestra historia donde cada uno de nosotros usará su "puño y letra" para escribir las páginas de ésa gran obra llamada Venezuela.
Pero ése sentimiento y pasión por hacer una política distinta, no basta para generar las transformaciones que nuestra sociedad pide a gritos. Hace falta una visión de país que ilustre el camino que queremos recorrer, sin olvidar que el progreso, la felicidad y el desarrollo no son metas totales o fijas en el tiempo, sino que son tareas que no se terminan, es decir, que se mantienen en constante revisión y renovación.
Este regreso a la política, acompañada de un proyecto ideológico eficiente, será la clave para construir un
país "al que todos deseen pertenecer", con la participación y representación de todos los ciudadanos.
La Alternativa
La diferencia entre ser oposición y ser una alternativa va mucho más allá de tener una propuesta o visión de país realizable y creíble: se requiere de una visión de país, de mundo y de humanidad capaz de conectarse con los corazones de las grandes mayorías incorporándolos a la construcción de un presente en el que nuestros deseos y sueños dejen de ser imposibles. Sólo esto nos permitirá llegar a aquellos venezolanos y venezolanas que están dispuestos a construir un nuevo país.
El regreso de la política requiere de visiones y concepciones de la sociedad para generar propuestas conjuntas que puedan representar una salida tangible y concreta a los problemas que enfrentamos. Es por ello que en todo este proceso de reflexiones y acciones la ideología no pierde su sentido: todos tenemos una concepción del mundo, un modelo de sociedad, una forma de entender la vida y la convicción de trabajar por algo que se vuelva realidad. Entonces, la ideología tiene una doble función: 1) Generar identificación colectiva, y 2) Guiar la operacionalización política (Welsch, 2007) o praxis política, para que ésa visión del mundo pueda aterrizarse y ser alcanzable.
El compromiso que adquirimos es a favor de la política como instrumento de cambio social. Nos ubicamos "a la izquierda del centro y hacia delante", eso es lo que caracteriza nuestra alternativa. Hacia la izquierda por la búsqueda de reivindicaciones sociales y hacia delante porque miramos hacia el futuro para vislumbrar el presente. Una Izquierda Progresista que entiende el mundo cambiante y dinámico en el que nos encontramos, que asume el cambio sin ser reaccionarios ni radicales, y que no se conforma con una "simple gestión eficaz de la cosa pública" (Fernández, 2006). Estamos a la izquierda del centro y hacia adelante porque creemos que esa dimensión llamada "centro"caracterizada por la combinación entre la gerencia política y la tecnocracia en la gestión pública hoy se maximiza cada vez más en torno al dinamismo y a la multidimensionalidad de los problemas de los ciudadanos en materia de políticas y servicios, y porque entendemos la importancia de concretar acuerdos que nos permitan encontrar soluciones a los problemas sociales.
La Democracia Social Para Venezuela
La Democracia Social es una forma de entender la vida en sociedad concibiendo la democracia como un sistema de gobierno que permite desarrollar las potencialidades y capacidades de todos los ciudadanos y ponerlas al servicio de la solución de los problemas sociales. Creemos y entendemos la complementariedad entre la democracia representativa y la democracia participativa para alcanzar nuestras metas. El diálogo de calidad (constructivo y participativo, generador de productos concretos para la solución de problemas) será un elemento esencial de esta nueva concepción de democracia.
Desde lo Social, la Democracia Social se presenta a través de dos ideas fundamentales:
1. La firme creencia de que cada individuo tiene derechos mínimos fundamentales para vivir dignamente y que puede reclamarlos en su sociedad. Estos derechos sociales fundamentales garantizan la estabilidad política de un país y deben estar fuera del debate político al elevarlos a nivel constitucional.
2. Llevar los mecanismos democráticos de toma de decisiones más allá de las instituciones del Estado para extenderlos a la sociedad en general. Esto se hace democratizando las estructuras de relaciones de poder que existen entre los mismos actores sociales.
Proponemos el"diálogo social" de decisiones sobre temas de interés común apoyadas en el consenso, mediante
negociaciones, consultas o intercambio de información.
Como demócratas sociales creemos en el Estado Social de Derecho, en la construcción de una cultura política centrada en el ciudadano como principal actor de cambio en la sociedad, y en el desarrollo de seres humanos interdependientes, capaces de afrontar los retos del siglo XXI desde la convivencia y la generación de capital social. El rescate de los valores republicanos modernos es fundamental para la construcción de la Democracia Social.
La Sociedad y el Ciudadano demócrata social
La Democracia Social busca y promueve el desarrollo y las capacidades del ser humano promoviendo la consolidación de una nueva ciudadanía. Entendemos por el nuevo ciudadano aquella persona que se percibe a sí misma como única y autónoma en pensamiento y acción, así como con plena conciencia y
accionar de su interdependencia y corresponsabilidad con su comunidad, su país y el mundo. Es decir,
el ciudadano tiene derechos y deberes con respecto a la sociedad, el Estado y los otros, entendiendo
deberes como toda aquella exigencia que provenga de la conciencia ciudadana y del cumplimiento de
la ley.
Sin embargo, la mera existencia de este ciudadano no es suficiente para alcanzar el desarrollo de la
humanidad, ya que se requieren de dos aspectos fundamentales:
1
. La Consolidación y Promoción de espacios de participación en los que el ciudadano pueda ejercer su poder de acuerdo a sus necesidades y capacidades de asociación, cooperación y organización.
2
. El ejercicio de una Pedagogía Política democrática que le brinde las herramientas necesarias al ciudadano para que pueda ejercer efectivamente su poder en estos espacios de participación. La Democracia Social busca formar a los ciudadanos para que puedan ejercer su poder.
El ciudadano demócrata social es una persona humana que no solo tiene un componente racional, sino que además posee un componente ético y moral, que es fundamental para el desarrollo de una conciencia universal.
Asimismo, la Democracia Social busca la emancipación del ciudadano de todas las formas de dominación que le impidan desarrollarse plenamente, bien sea un Estado paternalista, los medios de comunicación, las trasnacionales, los grupos de poder o dictaduras de mayorías. No se trata de un proletariado, de una vanguardia política, ni de élites económicas que lideren el cambio. Se trata de la ciudadanía como eje para la construcción de la República y del país que todos queremos.
El perfil del ciudadano(a) demócrata social es un compendio de valores que caracterizan su accionar y su manera de concebir el mundo.
Todo ser demócrata social debe tener en cuenta que su actuación es ejemplo para la sociedad y que en consecuencia un alto sentido crítico y de responsabilidad debe guiar su estilo de vida.
El (la) ciudadano(a) demócrata social tiene un alto concepto del trabajo como forma de reivindicación humana, es tolerante, emprendedor, participativo, íntimamente ligado al desarrollo de su comunidad (a la que vive y/o a la que pertenece), debe saber escuchar, respeta las opiniones de los otros, aún más si son opuestas, es pacífico, firme en sus convicciones, sensible con la sociedad, identificado con los valores nacionales, debe estar informado de los acontecimientos nacionales y mundiales, debe ser líder, conocedor y ejecutor de sus derechos y deberes, con un alto respeto por las leyes.
Valores y Principios de la Democracia Social
En la Democracia Social entendemos como nuestros valores y principios:
1. La Libertad:
Creemos en la libertad en su dimensión positiva como la capacidad que tiene el hombre de poder
conducir su propia vida en sociedad. Por ello, la Democracia Social entiende por libertad:
a. Capacidad de Decisión y Acción sin menoscabo de los derechos del otro.
b. Posibilidad de encontrar nuestros talentos y desarrollar nuestro proyecto de vida.
2. La Igualdad:
La igualdad no es para la Democracia Social igualitarismo. Más bien significa que todos los seres humanos puedan contar con un mismo punto de partida, pero no necesariamente con un mismo punto de llegada, es decir, no existen límites para el desarrollo de las capacidades del hombre. En este sentido, creemos en:
a. La Igualdad de Oportunidades en el acceso a los derechos sociales, económicos,
políticos y culturales de cada persona.
b. La Igualdad de Condiciones que garanticen la dignidad del ser humano y su inclusión y
desarrollo en la sociedad.
Para la Democracia Social la construcción de indicadores y sistemas de información que permitan captar las necesidades y capacidades de la persona humana es esencial para lograr una redistribución más justa en la sociedad.
3. La Solidaridad:
Entendemos por solidaridad el uso de nuestras capacidades y talentos como herramientas para la búsqueda del bienestar de las personas y del colectivo. Para lo cual es fundamental el Reconocimiento del Otro como persona que tiene necesidades, derechos y deberes iguales a los nuestros. Esto significa que en lugar de la lucha de clases y la supervivencia o predominancia del más fuerte en una sociedad según sus oportunidades, condiciones y capacidades, creemos en la
colaboración social.
4. La Justicia Social:
En aras de encontrar un balance entre libertad e igualdad, la Justicia Social es un estadio importante al que debemos llegar como sociedad. En este sentido entendemos la Justicia Social como:
a. El Cumplimiento de los Deberes para el ejercicio de los Derechos
b. Una herramienta que mediante la Justicia y el cumplimiento de los Derechos Sociales busca reducir al mínimo posible las desigualdades injustas existentes en la sociedad para lograr el bienestar de las personas y del colectivo.
5.La Cooperación y la Asociación como mecanismos de superación de los problemas de la
sociedad, y en la construcción del Capital Intangible (Capital humano y Capital social).
6.La Pluralidad y la Tolerancia como base del entendimiento y del consenso social
7.El trabajo como forma de reivindicación de la condición humana.8.Los valores democráticos en toda su extensión.
El Papel del Estado desde La Democracia Social en Venezuela
1. Los que creemos en La Democracia Social, entendemos que
"la libertad iguala" a las personas, interpretando a la libertad en su sentido positivo y a la igualdad como condición de dignidad inherente a la persona humana. Sin embargo, la libertad por si sola no puede garantizar la dignidad del ser humano, por lo que para la Democracia Social el papel del Estado y de la sociedad organizada es fundamental en la consecución de nuestros valores y principios.
2. La Democracia Social plantea que el Estado debe buscar que los ciudadanos se auto-ayuden.
Esto significa que concebimos al Estado en tres nuevos roles:
facilitador, asegurador y
articulador.
En primer lugar porque debemos promover espacios para la participación ciudadana
y facilitar el desarrollo de sus iniciativas de manera eficaz, eficiente y efectiva, conforme a sus necesidades de organizarse, y asociarse.
En segundo lugar, porque creemos que el estado debe asumir la responsabilidad de generar, coordinar y garantizar los mejores niveles de calidad de las políticas y servicios, y lo más importante de este rol: para la Democracia Social el Estado tiene la responsabilidad de brindarle oportunidades y condiciones de vida digna a las personas, sobretodo a los más desfavorecidos.
Y en tercer lugar, porque no basta con generar políticas eficientes y facilitar los procesos para el desarrollo de iniciativas. Creemos que es fundamental la articulación del crecimiento económico con equidad a través de espacios de participación que permitan reforzar el compromiso de la sociedad organizada, reintegrar a los ciudadanos en la vida política y preservar la estabilidad política en una sociedad. En este sentido, creemos que el estado debe ayudar, no proveer.
3. El Estado Social de Derecho que queremos construir, necesita de una "inversión social sostenible" para poder dar respuesta a las desigualdades e injusticias que presenta nuestra sociedad. En este sentido, la Democracia Social cree en la óptima combinación de la iniciativa privada y el funcionamiento propio del mercado y la intervención y función reguladora complementaria del Estado (Welsch, 2007)"para generar riqueza y lograr una redistribución más eficiente y eficaz.
4. Proponemos una "planificación democrática coordinada", ajustada a las localidades, propiciada
de manera conjunta entre el Estado, la sociedad y las organizaciones privadas. El Estado tiene la
responsabilidad de dirigir una economía diversificada, ejecutando esta planificación con los
diversos sectores de la economía.
5. Creemos que existe una diferencia importante entre "tener poder para influenciar en la toma de decisiones" y "Tener el poder para tomar decisiones" dentro del desarrollo del ejercicio ciudadano, en su interacción con la gestión pública. La Democracia Social debe acortar la brecha que existe entre estos dos estados del poder. Para ello, planteamos ejercer y profundizar la descentralización de las competencias y responsabilidades, así como la descentralización en la asignación de los recursos. La Democracia Social implica también una nueva forma de hacer política.
6. La Democracia Social busca preservar el equilibrio que todo sistema democrático necesita para poder desarrollarse plenamente. En este sentido creemos en un Estado que promueva la división de poderes y profundice el equilibrio entre ellos para el ejercicio de la Democracia Social.
7. La Democracia Social concibe al ciudadano como el principal agente de cambio, para que éste a
su vez cambie las estructuras de poder entre las cuales, la más importante es el Estado.
8. La Democracia Social cree en "El Desarrollo Humano Sostenible" para todas las personas, sin menoscabar los derechos de las generaciones futuras. El Estado debe ser un promotor eficaz, eficiente y efectivo de este concepto para que pueda ser una práctica real en términos de políticas públicas en lo social, lo económico, lo cultural, lo ecológico y lo político.
9. Con respecto a los jóvenes, creemos en la combinación de tres elementos fundamentales para convertirse en líderes de la transformación social: preparación, transparencia y voluntad política. Por ello, la Democracia Social busca el balance adecuado entre conocimiento, pasión y práctica para contrarrestar la política del fanatismo. Apostamos al ímpetu de los jóvenes y a la experiencia de las generaciones mayores para generar la fuerza de cambio que nos permitirá construir un país donde los sueños sean una realidad palpable y no una fantasía lejana.
10. La Democracia Social plantea la inserción laboral de los jóvenes mediante políticas que promuevan el primer empleo, el desarrollo de su capacidad productiva, su formación técnico- profesional, y su formación política para afrontar los nuevos retos del siglo XXI, a través de una pedagogía política incluyente, democrática, plural y de servicio.
11. La Democracia Social cree en la formación de "emprendedores propietarios" donde se promueva el ahorro y la inversión. Para ello las políticas de microcréditos y el desarrollo de las instituciones microfinancieras son un mecanismo de construcción real de una ciudadanía productiva.
12. La Democracia Social asume el reto de diversificar la economía para ampliar el sector de actividad secundaria, de manera que la productividad de este sector se incremente, a los fines de balancear los tres sectores de nuestra economía (primario, secundario y terciario). Creemos en políticas que promuevan la inversión privada y que generen las condiciones necesarias para generar un clima de estabilidad y confianza, para que seamos capaces de competir en la arena global.
13. Con respecto al Ambiente, entendemos la importancia del papel que el mundo juega en nuestras posibilidades de desarrollo, necesitamos de su sustento para vivir en armonía. La Democracia Social, consciente de ello, asume la tarea de luchar contra las grandes amenazas que hoy tenemos en esta materia. En este sentido, creemos que el Desarrollo Sostenible y los avances en el derecho ambiental son fundamentales para la construcción de cualquier proyecto político. Esto implica una nueva concepción de la energía, el comercio, la recreación y el entretenimiento. Asimismo, la educación ambiental será una de las herramientas más importantes para la Democracia Social en aras de afrontar los nuevos retos del siglo XXI.
14. La Democracia Social no ignora los cambios que se han producido en el mundo en el ámbito tecnológico y de intercambios económicos. Entendemos que los cambios son inevitables y creemos que es necesario enfrentarlos y asumirlos con responsabilidad mediante políticas que se ajusten a las nuevas realidades. Estamos en la "sociedad del conocimiento", donde la relación entre competitividad e innovación es fundamental para el progreso. El desarrollo de criterios, normas e incentivos para impulsar una relación de competitividad e innovación enmarcada en nuestra realidad social, política y cultural es cada vez más necesario para alcanzar el progreso en una sociedad más libre, igualitaria y solidaria.
Ojos venezolanos hacia el Mundo…
¿Glocalización?
También resulta pertinente establecer algunas consideraciones iniciales que debemos tener en cuenta quienes nos adscribimos dentro de los principios de la Democracia Social. Los aspectos que señalaremos a continuación son la parte esencial que define nuestra presencia y posición en el escenario político internacional.
En los últimos años han sido los conceptos de globalización y localización los que se han puesto en disputa, pero estos son en realidad complementarios a la verdadera discusión: democracia representativa y democracia participativa. Una de las principales características de la globalización es el impacto cultural que conlleva esta nueva convergencia económica. Una de sus principales criticas es la anulación de las identidades locales y las tradiciones, viéndose solapadas por las culturas dominantes, principalmente la expansión de la mentalidad occidental. Parte de esta "exportación cultural" ha promovido en exceso la cultura consumista y eso ha banalizado las relaciones humanas en gran medida, así como la cultura del individualismo exacerbado. El predominio de estas y otras formas culturales han traído consecuencias para nuestras sociedades en dos direcciones. Por una parte, la sociedad latinoamericana (que es nuestro ámbito de acción y competencia más cercano) ha sido protagonista de nuevos movimientos culturales urbanos y de nuevas formas de trato social, se dice que esta transformación es consecuencia de la gran influencia que han ejercido los que en el mundo son "más poderosos". Por otra parte, esto ha traído como consecuencia una exaltación de nacionalismos o regionalismos que podemos evidenciar en el resurgimiento de movimientos indigenistas y de cultura popular en cada uno de nuestros países.
Asumiendo la realidad de que la globalización es actualmente una tendencia en expansión, consideramos que la mejor manera de afrontarla es bajo un principio de balance en donde la clave está en combinar la fusión e integración económica y cultural con el rescate y preservación de las tradiciones y valores propios de cada país.
Debemos no solo ver los aspectos negativos de la globalización, el proceso de la globalización no puede ser concebido solo como la anulación de los valores locales, es también una ventana a la integración y la información. Permite que desde diversos espacios geográficos se realicen acercamientos, dando paso a la era del Internet, del acceso a la información, intercambio de vivencias y comparación de experiencias gubernamentales. Estos abren paso a lo que nosotros hemos denominado Glocalización.
La Globalización se trata entonces de poder combinar elementos de cualquier orden en cualquier espacio geográfico o de toma de decisión, tomando en cuenta principios y tradiciones locales, así como valores "mundiales" y la fusión de culturas de otras latitudes con las propias de cada país. Así los intercambios entre gobiernos y ciudadanos se rigen por las normas locales y por las globales sin el solapamiento de las unas por las otras.
En otro orden de ideas, creemos necesario que en el mundo las organizaciones juveniles nos ocupemos cada vez más de los temas ambientales y de promoción de la cultura de paz. Los Jóvenes por la Democracia Social creemos en un Desarrollo Humano Sostenible, y eso incluye ocuparnos de cuidar el planeta en donde habitamos y de oponernos a las Guerras como forma de resolución de conflictos en la humanidad.