domingo, 19 de junio de 2011

Un caudillo con la cara pintada

Carlos Alberto Montaner
A Venezuela le está saliendo un caudillo. Los caudillos le salen a las sociedades como los golondrinos le salen a la gente en los sobacos. Y salen por las mismas razones: una severa infección que aflora en un punto del cuerpo cuando las defensas están bajas. El caudillo venezolano se llama Hugo Chávez y se hizo muy famoso en 1992 cuando organizó un golpe militar contra el gobierno legítimo de Carlos Andrés Pérez. El golpe fracasó, pero el intento bastó para hacerlo tremendamente popular entre muchos venezolanos.
A las 72 horas de la asonada castrense, de acuerdo con las encuestas de la época, 65 por ciento de la población adulta decía respaldar al golpista.
 Hoy, a los seis años de aquella sangrienta aventura, Hugo Chávez amenaza con convertirse en el próximo presidente de Venezuela, pero no para mantener las instituciones del país, sino para llevar a cabo la mítica revolución radical de izquierda, utilizando para ello los recursos del Estado de Derecho. Algo parecido a lo que Hitler y Mussolini hicieron en los años treinta en sus respectivas naciones. Se servirá de los procedimientos democráticos para disolver el Parlamento y gobernar a su antojo por decreto.
Naturalmente, hundirá al país en el horror y la violencia, pero eso es algo que la mayor parte de los venezolanos hoy son totalmente incapaces de percibir. Están demasiado entretenidos en luchar contra la inflación, el desempleo y la inseguridad ciudadana para preocuparse por la defensa de las libertades. Sufren -y con razón- la nostalgia de aquellos tiempos gloriosos en que un dólar valía cuatro bolívares, mientras ahora les cuesta quinientos.
Tienen demasiada rabia contra los políticos y funcionarios corruptos, y demasiada indignación contra la ineptitud de la burocracia estatal, para detenerse a pensar en que Chávez, lejos de resolver los problemas del país, los agravará cruel e irresponsablemente, aunque sólo sea porque en su cabeza violenta y cuartelera no hay otra cosa que ideas insensatas extraídas de la mitología revolucionaria latinoamericana de mediados de siglo.
En un país que se muere de estatismo, Chávez aumentará el perímetro del Estado. En una sociedad agredida durante décadas por absurdos controles económicos, Chávez multiplicará los cerrojos y limitará aún más las libertades políticas. En una nación en la que el Estado de Derecho es casi una ficción, este presidente carapintada sustituirá cualquier vestigio de constitucionalismo que quede en pie por su omnímoda voluntad. "Cuál es nuestra Constitución?", se preguntaba en los años treinta el doctor Hans Frank, nazi notorio. Y enseguida se contestaba: "Nuestra Constitución es la voluntad del Führer". La Constitución de los venezolanos será la voluntad de Chávez. El caudillismo es eso: una abdicación de la soberanía popular, una transferencia de poderes.
Cómo saldrán los venezolanos de este atolladero? Por supuesto, muy magullados. Basta leer cuidadosamente los discursos de Chávez en La Habana, publicados en el periódico Granma, y los elogios que Castro le propina, para comprobar que este hombre no tiene la menor idea sobre cómo los pueblos crean riqueza y cómo la destruyen. Si gana las elecciones, una vez instalado en Miraflores, en el mejor de los casos se comportará como Salvador Allende -un caotizador de izquierda- y en el peor, intentará hacer una revolución de corte estalinista semejante a la de su admirado vecino cubano. En ambas situaciones movilizará a sus partidarios y los encuadrará en formaciones cuasi militares para defender la revolución, arriesgándose a un peligroso enfrentamiento con el Ejército, donde siempre habrá algún Pinochet dispuesto a sacar los tanques a la calle para liquidar violentamente a quienes pongan en peligro la hegemonía de las Fuerzas Armadas.
Esto es gravísimo. Los militares venezolanos pueden ser devastadores si se disponen a matar. Hace años le pregunté a un general de ese país cómo habían controlado el "caracazo" -los motines callejeros de la capital- y todavía recuerdo con cierto escalofrío su respuesta torva y sin emociones: "raspamos a mil c.d.m. en una noche", dijo mientras aplastaba su cigarrillo en el cenicero con un gesto displicente.
Así, innecesariamente, puede acabar este absurdo drama: millares de venezolanos "raspados", extirpados como verrugas por personas violentas de uno y otro bando que han sido incapaces de encontrar fórmulas para solucionar pacíficamente sus conflictos. Hay maneras, todavía, de impedir esta catástrofe? Sí, si las fuerzas democráticas fuera capaces de pactar la gran coalición de la libertad, pero no sería honrado forjar esa alianza sólo para derrotar a Chávez en las urnas. Eso sería mezquino. Habría que proponer un plan realista y serio que les demuestre a los venezolanos que la respuesta a sus males está en la democracia y en el Estado de Derecho, y no en la acción de los caudillos fascistoides. No sólo se trata de salvar a Venezuela del daño que en el futuro puede hacerle Hugo Chávez. El objetivo también es salvar a Venezuela del daño que le han hecho en el pasado otros venezolanos que llegaron al poder sin la cara pintada.
Carlos Alberto Montaner/Agencia Internacional de Prensa

Julio 1998

jueves, 16 de junio de 2011

LA MONOMANÍA ANTINORTEAMERICANA Y LO INEVITABLE



Jarvas Vasconcelos es un senador brasileño que presenció hace unos años el discurso del presidente Chávez durante la firma del acuerdo entre Venezuela y Brasil para la construcción del Complejo Petroquímico de Pernambuco. Recientemente recordó la ocasión con estas palabras: “Él se imaginaba que estaba comandando una revolución de toda América contra EEUU”.
No se equivoca con esa apreciación el senador. Es la misma que tenemos muchos en Venezuela. Ése ha sido el delirante propósito del presidente venezolano desde que llegó al poder en 1998. No hay declaración o discurso público en que no haga referencia a su lucha antiimperialista.
Confrontar al imperio, a los norteamericanos, constituye su razón de ser, su obsesión paranoide, su desvelo, en todo tiempo y lugar. Para él, EEUU y su gobierno representan el mal, todo lo aborrecible, el capitalismo salvaje, el neoliberalismo depredador del ambiente, la destrucción de la tierra, la inhumanidad. Todo lo que signifique enfrentar y/o golpear el poder norteamericano contará con la concurrencia activa y entusiasta del gobierno venezolano. En síntesis, una monomanía que la ciencia bien conoce.
En los días del levantamiento de los pueblos del Medio Oriente, hemos podido observar con estupor cómo Chávez no tiene empacho en apoyar a tiranos árabes que están perpetrando matanzas en pueblos que sólo piden democracia y libertad.
Según él, esos autócratas serían víctimas, adivine el lector de quién, pues, obviamente, del imperialismo yanqui, y las masivas manifestaciones callejeras no estarían movidas por los deseos de zafarse de unos tiranos, sino que su motivación es responder a los intereses del demonio imperial capitalista.
Tal obsesión aberrante ha llegado a extremos incluso ridículos.
Ha acusado a su enemigo jurado hasta de provocar terremotos con un supuesta arma secreta. Todos recordamos la disparatada y risible versión sobre las causas del horrible sismo que devastó a Haití en el 2010. En esa ocasión declaró que era un “Claro resultado de una prueba de la marina estadounidense” y agregó: “en el resultado final de las pruebas de estas armas está el plan de los Estados Unidos de la destrucción de Irán a través de una serie de terremotos diseñados para derrocar a su actual régimen Islámico". Chávez ha dicho también que la intervención por razones humanitarias aprobada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, de EEUU y otros países en Libia, tiene como objetivo apoderarse del agua de este último país. Semejante disparate, sólo se explica por un patológico prejuicio rayano en el desvarío.
Estos disparates son comunes a este tipo de gobernantes. Resulta curioso constatar que un tirano amigo del presidente Chávez, el iraní Mahmud Ahmadinejad, ha formulado acusaciones igual de extravagantes. El mes pasado denunció que los países europeos estarían produciendo artificialmente fenómenos atmosféricos que impedirían la generación de lluvias en Irán. Declaró que ellos "impiden a las nubes llegar a otros países, entre ellos Irán”, y las zonas más afectadas son aquellas situadas "en los países que más asustan a Occidente por su capacidad para iniciar civilizaciones y culturas influyentes”.
Mayores muestras de dislate no podrían concebirse, y todo en nombre del antiamericanismo.
Así, toda la conducta nacional e internacional del gobierno de Chávez se ha orientado al propósito presunto de combatir, con profusa retórica, por supuesto, al imperialismo.
Para Chávez, la prioridad es derrotar a como dé lugar a ese enemigo y los que considera sus lacayos en el ámbito nacional e internacional, a quienes llama apátridas, oligarcas traidores, pitiyanquis, entre otras lindezas.
Sin embargo, paradójicamente, Chávez no ha dejado de suministrar petróleo a su archienemigo, aunque en los últimos años haya bajado las exportaciones a ese país, y aumentado las que se dirigen a un poder emergente al que el gobierno venezolano le ha entregado hasta los calzoncillos: China.
Ni siquiera las sanciones aprobadas por el Departamento de Estado de EEUU contra PDVSA, por haber comerciado con un país sobre el cual pesan graves sanciones del Consejo de Seguridad de las NNUU, han variado las entregas de crudo a EEUU. Aparte de la protesta por tales medidas, de la inflada retórica patriotera y de ridículas expresiones de repudio ante una supuesta soberanía mancillada, el gobierno venezolano no ha cortado el suministro de petróleo y sigue manteniendo las relaciones comerciales con su enemigo.
No obstante, esta confrontación verbal de más de una década, refleja un hecho innegable: el gobierno bolivariano ha cambiado las tradicionales opciones estratégicas de Venezuela en materia de política exterior, y se ha echado en brazos de los que él considera enemigos de EEU, en general, gobernantes impresentables.
Venezuela siempre mantuvo relaciones cordiales con EEUU desde comienzos del siglo XIX, a pesar de ciertos desencuentros puntuales y pasajeros que nunca llegaron a quebrantar el vínculo que a ambas naciones interesaba mantener.
Rómulo Betancourt, refiriéndose a la realidad del hemisferio, decía que había un gigante en la familia, pero “ni el gigante, ni los otros miembros tienen la culpa, los hechos son inescapables”. Para el político venezolano, ésa era la realidad con la que había que convivir, sin que esto significara que los demás países del hemisferio no buscarán su desarrollo, bienestar y justo lugar en el concierto de las naciones, todo con base en el respeto mutuo y el acatamiento a los principios del derecho internacional.
EEUU es la potencia económica, militar y tecnológica más grande de la tierra, lo que probablemente no será siempre así. Estamos conscientes de lo que esa nación representa no solo para nuestro hemisferio, sino para el mundo entero. Su ámbito de acción, intereses y responsabilidad son planetarios. Esta condición, por lo general, condiciona a ese país a adoptar conductas cuestionables, cosa que, por cierto, no ha escapado a la crítica de muchos norteamericanos de otros tiempos y de ahora.
Estas acciones del gobierno estadounidense no han sido acompañadas siempre por los latinoamericanos y éstos se lo han hecho saber en diversas ocasiones. Incluso, gobiernos democráticos venezolanos, en su momento, manifestaron sus desacuerdos frente a temas de mucha envergadura, no sólo los que afectaban directamente a nuestro país.
Pero de lo que se trata hoy es de buscar equilibrios posibles, de sostener una relación realista, de mutuo respeto y de madurez entre países que están interconectados en todos los aspectos de la vida. La política de la confrontación estéril, por tanto, no tiene sentido alguno. Se impone la convergencia porque ningún país tiene la posibilidad de afrontar solo los grandes retos del planeta.
EEUU es un país vecino del hemisferio, y a él nos unen lazos geográficos, históricos, valores fundamentales y muchos intereses comunes. Los destinos de todos los países de nuestro continente están ligados inexorablemente. Nos agrade o no, y desconocemos hasta cuándo, necesitamos a EEUU, incluso más de lo que él necesita de nosotros. Nuestros vínculos con otras regiones son muy importantes y habrá que ampliarlos progresivamente, pero aún deben madurar. Los establecidos con Norteamérica tienen una larga trayectoria y su significación y peso no tienen discusión.
Estamos condenados a convivir, integrarnos y a entendernos con EEUU, desde el ángulo del reconocimiento de las realidades mutuas, cada día menos diferenciadas. Es un imperativo histórico que nuestras relaciones se recreen, redimensionen y las asimetrías se vayan reduciendo; de allí que lo más realista sea poner todos los esfuerzos para sacar ventaja de los lazos que nos unen, para así crecer y desarrollarnos en armonía, equidad y paz.
Imagino que el senador Vasconcelos ya se habrá enterado también de que las duras exigencias de la revolución que encabeza Chávez contra el imperio del norte, le han impedido concretar su participación en el mencionado proyecto petroquímico, tan importante para la economía pernambucana. De seguro es la misma razón poderosa para no atender el anunciado con bombos y platillos gasoducto que iría desde nuestras playas caribeñas hasta la pampa argentina.
Pura retórica vacía, supuestamente integracionista, que a la hora de los hechos concretos se vuelve vapor fantasioso, inútil.
EMILIO NOUEL V

miércoles, 15 de junio de 2011

¿Qué es la Comisión Electoral de Primarias?

ADOLFO R. TAYLHARDAT |  EL UNIVERSAL
miércoles 15 de junio de 2011  12:29 PM
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), estableció que las elecciones primarias para seleccionar el candidato presidencial de la unidad y escoger los candidatos a gobernadores y alcaldes para elecciones del 2012 se llevarán a cabo el domingo 12 de febrero del año que viene.

El candidato presidencial será seleccionado en una votación primaria de alcance nacional, es decir, en todo el país. Para escoger los candidatos a gobernadores y alcaldes se votará en el estado o el municipio que corresponda, a menos que previamente se haya logrado un acuerdo unitario en torno a un determinado candidato.

La MUD creó la Comisión Electoral de Primarias (CEP) como "órgano rector e instancia superior" para la gestión, en sentido amplio de las elecciones primarias. Se trata de una especie de CNE en miniatura que tendrá a su cargo la convocatoria, la organización, la administración, la supervisión y en general todo lo relacionado con los procesos electorales de las primarias tanto a nivel nacional como regional. En el desempeño de sus funciones la CEP goza de plena y total autonomía respecto del órgano que la creó, lo que significa que no está supeditada ni sometida a la autoridad de la MUD, con la cual mantiene solamente estrechas relaciones de coordinación y consulta.

La actuación de la CEP se rige, entre otros, por los siguientes criterios: 1) la garantía del ejercicio del derecho del elector a escoger libremente sus candidatos; 2) la garantía del ejercicio del derecho de todo elector a postularse y a ser elegido; 3) la garantía del respeto de la voluntad de los electores expresada mediante el voto ejerciendo libremente su voluntad soberana.

Además, las elecciones primarias estarán guiadas por los principios de transparencia, imparcialidad, confiabilidad, presunción de buena fe, eficiencia, celeridad, igualdad y publicidad de los actos relacionados con el proceso eleccionario primario.

Es muy importante que los electores conozcan los siguientes aspectos relacionados con las primarias:

1) Cualquier elector que reúna las condiciones de elegibilidad establecidas en la Constitución de 1999 se puede postular.

2)
Pueden votar todos los ciudadanos inscritos en el REP para la fecha de la inscripción de los candidatos. Es decir, que todos los electores (de cualquier tendencia política), pueden participar en las primarias.

3) Todos los electores (de cualquier tendencia política) residenciados en el exterior podrán votar pero solamente para la selección del candidato presidencial.

4) Los electores tienen derecho a participar como vigilantes en los procesos electorales de su circunscripción tanto en el momento de votar como durante la verificación ciudadana.

Adicionalmente, la CEP puede exigir a los candidatos mantener una conducta enmarcada en los principios y valores de la competencia leal y democrática.

Los candidatos postulados deberán asumir el compromiso moral y político de reconocer y apoyar a los candidatos que resulten finalmente ganadores en las primarias y los candidatos unitarios que resulten seleccionados el 12 de febrero del 2012 deberán comprometerse a acatar, respetar y hacer cumplir el acuerdo de propuestas programáticas, el pacto de gobernabilidad y cualquier otro acuerdo que la MUD establezca.

Todo esto le otorga a las primarias un carácter excepcional. Es un proceso auténticamente incluyente concebido para seleccionar candidatos unitarios mediante un ejercicio comicial absolutamente democrático.

La CEP se encuentra en plena actividad desde el día mismo en que quedó constituida (31 de mayo) y adelanta todas las acciones necesarias para garantizar que los comicios primarios se desarrollen y se cumplan de manera exitosa dentro de los parámetros descritos. Para ello será también imprescindible contar con el apoyo de la ciudadanía, de los factores que integran la MUD, de los candidatos y, sobre todo, con la participación masiva de los electores el 12 de febrero, día de las primarias.

www.adolfotaylhardat.net/indexbis

viernes, 10 de junio de 2011

La MUD se mete en la lucha social.


Una de las tareas de los activistas opositores es demostrar que tras 12 años con Chávez, la situación ahora es peor Su intención es "despolarizar" las protestas. Reconoce que muchas de ellas son integradas por chavistas

Por: Xabier Coscojuelas

La Mesa de la Unidad Democrática "es una dirección política que debe dar coherencia al discurso de sus activistas en las diversas, particulares y específicas luchas sociales" que se producen en todo el país, señala Enrique Ochoa Antich, designado recientemente como coordinador de la instancia opositora para incidir en la conflictividad social.

Una crítica recurrente hacia los partidos que conforman la MUD, es su ausencia de las luchas sociales que se dan en Venezuela con una fuerza que contradice el discurso de inclusión y de superación de la pobreza que se emite desde las alturas gubernamentales. Esas luchas lucen dispersas, aunque en muchos casos las razones que las impulsan sean las mismas.

Darles coherencia, articularlas y lograr que sus protagonistas adquieran una conciencia política que se traduzca en votos hacia la oposición en 2012, es la tarea fundamental de Ochoa Antich y quienes le acompañan en la referida coordinación.

–¿Cómo lograr que las organizaciones sociales se fortalezcan?
–­Primero, manteniendo con ellas una relación de respeto, reconociendo su autonomía. La MUD procurará elevar la conciencia reivindicativa hacia una conciencia política por el cambio que debe producirse en 2012, pero eso no significa "subalternizar" a las organizaciones sociales a sus intereses político-partidistas-electorales. Segundo, denunciando y combatiendo la pretensión del gobierno de "estatizarlas", es decir, convertirlas en lo que Lenin llamó "correas de trasmisión", simples oficinas del Estado en la sociedad.

–Señala que no hay interconexión entre las diferentes luchas que se dan, ¿cómo conectarlas?
­–La MUD es una dirección política que debe dar coherencia al discurso de sus activistas en las diversas, particulares y específicas luchas sociales de que se trate. Y nuestra tarea política es lograr que estos afluentes desemboquen en un mismo e inmenso caudal de cambio político de cara a las elecciones presidenciales de 2012. En cada lucha, un activista democrático debe lograr demostrar que si antes estábamos mal, hoy estamos peor y para eso sólo se requiere comparar las cifras de 1998 con las de hoy: de 2.000 homicidios al año ­que era un escándalo­ a 15.000, de un déficit habitacional de 700.000 viviendas a uno de 2.500.000. Demostrar que si en 12 años el salario ha aumentado 300%, el costo de la vida lo ha hecho 900%.

"Recordar que igualar la pensión al salario mínimo fue una una conquista del Comité de Pensionados que logró en 1997 y no un regalo de Chávez. Plantea evitar llevar la polarización a esas peleas, pero la mayoría de los que protestan son chavistas".

"Exactamente, y con esas luchas "chavistas" (pido comillas porque no son chavistas ni antichavistas sino del pueblo) tenemos que interactuar. Pretendemos crear Comités Populares de Vivienda para hacerle seguimiento a la Misión Vivienda: donde quepan todos los venezolanos: de oposición y partidarios del gobierno, para vigilar que se hagan las obras. La MUD debe comprometerse a desarrollar y mejorar planes como la Misión Vivienda, en el que participen los constructores privados. Este gobierno tiene ya el récord de ¡siete! Misiones Vivienda en 12 años, todas fracasadas".

"Hay que demostrarle al pueblo que los fracasos gubernamentales en todas las áreas no se deben sólo a la ineptitud de un ministro sino a un sistema autocrático, centralista, estatista, que de suyo es ineficiente. Y convencer a todos de que ese sistema debe ser sustituido por otro democrático, descentralizado, y con una economía social de mercado".

–¿Como evitar que los partidos se "apropien" de estas luchas y lograr que trabajen en conjunto?
–­Los partidos deben aprender la lección del pasado. Una de las razones por las que llegamos aquí fue la hipertrofia partidocrática que pretendía controlarlo todo. La mejor garantía es la MUD misma, pues es una alianza de partidos en la que cada uno es contrapeso y controlador del otro. Pero al final es un problema de voluntad política. Yo confío en que los partidos democráticos la tengan.

–Habla de promover la propuesta programática de la MUD, ¿cuál es esa propuesta?
–­Lo central es un Gobierno de Unidad Nacional del que deberá formar parte el chavismo. Creo que debemos asumir con audacia esa propuesta. Sólo si la unidad democrática electoral se transforma en unidad nacional, podremos sacar al país de la crisis. El programa de la MUD debe tener tres grandes propuestas: refundar la democracia, reactivar el aparato productivo, y reconstruir materialmente al país. Claro, cada una de estas generalidades debe concretarse.

"Por ejemplo: propongo el Fondo Petrolero de Pensiones de modo que cada venezolano al cumplir 18 años reciba una acción de Pdvsa exclusivamente para que durante 40 años sea capitalizada y le garantice a todos una pensión mínima, no igual al salario mínimo sino dos o tres veces superior. Ésta es una de las banderas por las que lucharemos desde la Comisión de la MUD para la Lucha Social".

viernes, 3 de junio de 2011

Emeterio Gómez // Kant, las sillas y la política

Basta leerlo para descubrir que de verdad podemos hacer de nuestro país lo que decidamos
La victoria del NO es el preludio de la derrota de Chávez. Es imposible que se sostenga un régimen cuyos ministros ¡o el propio Presidente! vociferan contra el consumismo capitalista sin tener en cuenta el precio exorbitante de la corbata, el reloj o el traje que ostentan. La cara de Pedro Carreño cuando la periodista le hizo la pregunta fulminante, es ya un pedazo de La Caída.
No son viables, estos niveles de inseguridad y desabastecimiento o la regaladera de dólares a otros países. Más temprano que tarde este absurdo va a implosionar, ¡se va a fracturar solito! Para cuando eso ocurra, mejor es que tengamos, si no un proyecto de sociedad -que difícilmente vamos a cuajar en tan corto tiempo- al menos sí, algunas ideas acerca de cómo enfrentar el desastre que heredaremos. A tales fines, reflexionar sobre Kant nunca estará de más.
Mi artículo anterior asomó lo esencial de dicho autor: la diferencia radical entre, por un lado, la filosofía previa a él (y a Descartes), el carácter pasivo o contemplativo del conocimiento que pretendía captar la realidad "tal como ella es en sí misma" y, por el otro, la filosofía crítica kantiana: la conciencia, lejos de ser pasiva es esencialmente activa. Ella, de alguna manera, produce la realidad exterior, que jamás es "en sí misma" sino que viene ya preconstituida por nuestra subjetividad.
Es ésta la que determina, o sea, la que pone lo esencial de la realidad; no el conocerla sino el interpretarla, criticarla y finalmente producirla, ¡crearla! Todo lo cual estaba ya en Kant, aunque sólo dos siglos más tarde empiece a captarse masivamente, a nivel de autoayuda.
Burlas e ironías
Pero no caiga, por piedad, el lector, el estudiante en general o las estudiosas de los derechos humanos, en las burlas e ironías a las que suelen apelar los críticos de Kant y del subjetivismo: "¿Me vas a decir que estas dos sillas en las que estamos sentados no existen en sí mismas? ¿Crees de verdad que ellas son producidas por nuestra subjetividad? ¿No te da miedo que por un descuido o parpadeo de tu capacidad de producir tu silla, ésta desaparezca y tú te caigas? ¿De verdad crees que es la conciencia la que crea la realidad?".
Por piedad, no caigamos en tan torpes burlas e ironías. Pensemos más bien que una silla, ¡o una corbata cara! Sólo cobran sentido dentro de una realidad social que no es "en sí misma", sino que es producida por las categorías, sensibilidades e intuiciones humanas. Que -aun excluida la moral- la política, la esfera básica o material que le da forma a la sociedad, no existe de ninguna manera "en sí misma", sino que se conforma a partir de nuestra conciencia activa.
Pensemos que las sillas, los perros, las corbatas y los relojes en la Venezuela de hoy no son "por sí mismos", ni "en cuanto tales", no tienen un ser que esté dado (¡a menos que nosotros decidamos pensarlos en abstracto, al margen del contexto o del todo que nosotros mismos construimos!), sino que su ser depende de las posiciones que asumamos, o sea, de las categorías, percepciones e intuiciones que pongamos en la realidad, esto es, de nuestra indudable capacidad de crear la Venezuela del futuro, de la manera que nosotros libremente escojamos.
Kant es sin duda el antecesor de todos los cursos de autoayuda, porque basta leerlo para descubrir que de verdad podemos hacer de nuestro espíritu, de nuestros sentimientos, pasiones, odios, emociones y valores morales ¡y de nuestro país! Lo que nosotros decidamos.