viernes, 6 de mayo de 2011

Archivo 2007 La frialdad que tuvo el comunismo

27 Dec 2007 De: Joaquin Ramon

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en este articulo se puede ver ,como en procesos como el de Ukrania ,que hoy vive la revolucion naranja ,se utilizaron medios de exterminio masivo como el hambre para impedir posibles alianzas de este pais con potenciales competidores como Polonia...en definitiva para debilitar al oprimido
Joaquin
Con el desmoronamiento de la Unión Soviética en 1991 se desintegró también un poco la memoria de sus pueblos. En los países surgidos del imperio las vivencias de la historia común se compone hoy de fragmentos, a veces en guerra entre sí, como evidenció el traslado del monumento al soldado soviético en Tallin (Estonia), en abril pasado.

    Coincidiendo con el aniversario del Gran Terror (1937-38), EL PAÍS ha explorado las diferencias de Ucrania y Rusia sobre la historia compartida. En Ucrania, el presidente Víctor Yúshenko contempla la historia, concretamente la hambruna artificial provocada por el régimen estalinista (1932-1933), como eje de cristalización (en el sufrimiento colectivo y en el papel de víctima) del Estado actual. En la busca de sus héroes, Ucrania se arriesga a omitir turbias páginas biográficas de sus nacionalistas (colaboración con el nazismo, crímenes contra los judíos y responsabilidades en la sangrienta confrontación con los polacos).

    En UKRANIA

    Kiev recurre a la hambruna de 1932-1933 para construir un Estado independiente

    PILAR BONET - Moscú - 27/12/2007
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    El Instituto de la Memoria Histórica de Ucrania quiere elaborar una historia que se basará en "los hechos reales", pero éstos serán "dosificados en función de la tarea de construir un Estado nacional", explica Ígor Yujnovski, el director. "La dosis de los hechos históricos en los que la nación venció o puede ser exaltada será grande y la dosis en los que la nación perdió será insignificante", dice.

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        Stalin utilizó el hambre como instrumento político, dice un historiador
        El instituto debe "mostrar a la sociedad que la independencia del Estado ha sido resultado de la sufrida lucha que la nación ha mantenido durante siglos" y también que "sólo un Estado nacional independiente puede garantizar la existencia física de los ucranios", afirma.
        Con estas pautas, el instituto da hoy prioridad a la hambruna de 1932-1933, busca una calificación jurídica internacional para las acciones del régimen comunista que llevaron al golodomor y considera que el término adecuado es genocidio. El exterminio del campesinado más productivo, los kulak, llenó los pueblos ucranios de niños abandonados, hijos de los que morían de hambre, de los fusilados y deportados a Siberia. "A los menores de cuatro años les daban un nuevo apellido; a los mayores les instaban a olvidar a sus padres delincuentes", añade.
        Sobre el número de víctimas de la hambruna, las estimaciones varían. El historiador Yuri Shapoval calcula que fueron de 4,5 millones a 5 millones de personas. ¿Acaso quiere Ucrania organizar un nuevo proceso de Núremberg, esta vez contra el régimen comunista? Yujnovski subraya la dificultad para ello, porque "las decisiones eran tomadas por órganos muy específicos no reconocidos internacionalmente como órganos legítimos de poder". "Las disposiciones del Comité Central del Partido Comunista o las intervenciones de Stalin como dictador de la URSS eran obligatorias para toda la Administración", añade.
        La compensación material, si se plantea, podría apuntar hacia Rusia, en tanto que heredera de la URSS. Se trata de un tema "muy delicado" que el instituto no ha abordado aún, afirma Yujnovski. "La represión de 280.000 familias campesinas, exterminadas, expropiadas, enviadas a Siberia, todo esto exige una cierta compensación", señala, y se refiere a las indemnizaciones que el Gobierno alemán tuvo que pagar a los trabajadores forzados en los territorios ocupados del Este de Europa. "Tenemos un precedente histórico que puede alegarse, aunque no sabemos aún si vale la pena hacerlo. Veremos los precedentes de otros países ocupados por la URSS, como las repúblicas bálticas", afirma. "El principal fin del instituto no es el castigo, sino la consolidación de la sociedad", puntualiza. El instituto quiere elaborar un libro con los nombres de las víctimas y también "encontrar los nombres de los delincuentes". Los culpables ya no viven, pero "sus hijos no tienen derecho a no reconocer aquella maldad".
        Dice Yujnovski que decenas de miles de activistas soviéticos participaron en la colectivización en Ucrania y entre ellos hubo también ucranios. Sin embargo, distingue entre los que daban las órdenes en Moscú y los que se veían obligados a cumplirlas. "Torturaban y al mismo tiempo tenían un miedo horrible, porque pensaban que si no cumplían su misión les podrían fusilar o arrestar. El terror era universal".
        El historiador Shapoval cree que la situación era "complicada". "Es difícil llamar verdugos en sentido pleno a quienes servían al Comité Central y al Kremlin y estaban ante la disyuntiva de perecer o mantener la línea".
        La colectivización produjo un hambre masiva en Rusia y en Kazajistán, pero en Ucrania tuvo un carácter específico, según Shapoval, porque sólo aquí "el hambre se transformó en un factor e instrumento de la política nacional". De genocidio permite hablar una carta de 1932 en la que Stalin afirmaba no confiar en la directiva comunista de Ucrania. "Stalin temía la alianza de los nacionalistas ucranios con los polacos y los culpabilizó del hambre que él mismo había provocado", explica.
        "Rusia sufrió mucho a causa del régimen bolchevique, pero no tanto como Ucrania. Para Rusia, tanto si era zarista, comunista o republicana, Ucrania representaba el peligro de desintegración del imperio", afirma Yujnovski.
        La repoblación de las localidades desertizadas por la hambruna, con "miles de familias de Rusia y Bielorrusia", cambió "la composición nacional de Ucrania", sostiene el director del instituto, y aduce este hecho para oponerse a la oficialidad del idioma ruso. Ucrania occidental, que no pertenecía a la URSS en aquella época, no fue afectada por la hambruna, pero allí confluyen otras memorias, la de los hebreos exterminados y la de los polacos cruelmente enfrentados con los ucranios.

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